miércoles, 18 de mayo de 2011

Isla de Pascua

Hay diversas teorías sobre el pasado de la Isla de Pascua, lo que contribuye a alimentar el misterio que la rodea. Para los pobladores, su historia se explica a través de la tradición oral y la mitología. Ella cuenta que el ariki (rey) Hotu Matu’a, junto a su hermana la ariki Vi'eAva Rei Púa y a otros 100 hombres, partió de su tierra natal Hiva en el siglo IV d.C. guiado por indicaciones del consejero real Haumaka. Así, a bordo de dos embarcaciones llegaron a Te Pito o te Henua, que significa “El ombligo del mundo”, el centro espiritual de la cosmovisión polinésica.
De acuerdo a la leyenda, el ariki Hotu Matu’a estableció la organización social y religiosa de la comunidad determinando las normas de parentesco y descendencia y la construcción de de las viviendas y monumentos.
Los moai son sus principales símbolos y se alzan alrededor de los 250 altares ceremoniales o Ahu. Junto a los petroglifos grabados en las piedras volcánicas, estas bellísimas esculturas megalíticas representan la riqueza de la ancestral cultura rapa nui. En ellas se reflejaban las imágenes de sus antepasados que pasaban a presenciar todas las ceremonias del pueblo.

En los siglos XVI y XVII se inició una crisis social que generó nuevas guerras tribales y la decadencia de la cultura moai. Al no haber casi testimonios escritos, parte de esta historia ha pasado a un enigmático olvido.
Por su parte, las investigaciones antropológicas y arqueológicas comprobaron que grupos del sureste asiático habrían migrado a la Melanesia y la Polinesia ocupando la mayoría de las islas de Oceanía hasta los límites de este territorio insular: Hawaii, Nueva Zelandia e Isla de Pascua. Las travesías se habrían realizado en canoas dobles de 30 metros de eslora y más de 8 metros de altura y el poblamiento de Rapa Nui habría sido en el año 300 d.C.
Recién en 1772, cuando el holandés Jacob Roggeween arribó a las islas el día de Pascua de Resurrección, se habría iniciado el contacto de los habitantes de Rapa Nui con el resto del mundo y es a partir de este año que empieza a haber registros escritos de su cultura.
En los años posteriores, las expediciones y la piratería dejaron un saldo negativo para la cultura rapa nui, sobre todo el contrabando de esclavos hacia el Perú en 1862 y 1863 para trabajar en las guaneras, principalmente.
Asimismo, las misiones evangelizadoras provenientes de Tahití y Chile en 1864 iniciaron formalmente el proceso de aculturación de los isleños, al reestructurar su sociedad según los cánones católicos. Es en esa época que desapareció la escritura jeroglífica rongo rongo, su lengua ceremonial y uno de los principales elementos de la antigua cultura rapa nui.
En 1888, Chile estableció la soberanía sobre la isla gracias a la labor del capitán Policarpo Toro. En un principio, este territorio se concesionó a una empresa ganadera para su explotación, lo que obligó a los pobladores a abandonar la pesca como principal modo de subsistencia y someterse a trabajos como agricultores y ganaderos.
Esta situación se comenzó a revertirse paulatinamente a partir de 1917, cuando la administración del territorio insular pasó a la armada de Chile. En la década del ´30 se inició la actividad turística en la isla como una nueva forma de subsistencia afianzando la salida de la Compañía Ganadera y en 1935 se la declaró Parque Nacional y Monumento Histórico. En ese mismo año, los isleños adquirieron los derechos sobre su propio territorio cuando se formó el primer gobierno municipal y pasó a ser departamento de la provincia de Valparaíso.
En la actualidad, con más de 3.600 habitantes, la isla de Pascua está marcada por el desarrollo turístico y las investigaciones científicas, entre ellas la arqueología, que realiza importantes avances en el conocimiento histórico y social de la isla.
Los estudios comprueban que si bien la cultura Rapa Nui está ligada a la Polinesia, su estado de aislamiento permitió desarrollar un sistema de creencias propio y auténtico que no se puede observar en ninguna otra cultura.

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